
Se propone el ejercicio constante del Paradigma Pedagógico Ignaciano que recorre sistemáticamente la relación:
Del contexto, que nos permite considerar desde dónde, para qué y para quien tiene lugar el el enseñar y el aprender.
La experiencia, requiere que toda la persona, -mente, corazón y voluntad-, se implique en la experiencia educativa. Anima a utilizar tanto la experiencia, la imaginación y los sentimientos, como el entendimiento.
La reflexión, proceso que permite dar sentido a la experiencia, conocimiento o situación. Permite descubrir el significado y el valor esencial de lo que se está estudiando, para apreciar sus implicaciones en la búsqueda continua de la verdad y la libertad, y para desarrollar la capacidad de discernir.
La acción, es la aplicación de lo reflexionado y aprendido. La acción ejercita la voluntad, la libertad y lleva al compromiso. Orienta los pasos educativos para lograr agentes de transformación de la comunidad, siendo “hombres y mujeres para los demás”.
La evaluación, es el proceso de revisión de los logros. Estos logros, se refieren tantos al progreso académico, como al proceso de madurez humana.
La Pedagogía Ignaciana involucra y compromete tanto al alumno, como al docente. Nos propone que todo lo que hagamos y emprendamos lo realicemos, buscando la excelencia, desde el comienzo.
El Instituto Stella Maris “Adoratrices” reconoce en los padres el legítimo derecho a optar por el estilo educativo que desean para sus hijos por lo que acuerda con ellos, integrantes también de la Comunidad Educativa Adoratriz, principios, valores, normas y estrategias educativas de modo que padres e Instituto puedan ejercer con verdadera responsabilidad el derecho constitucional de enseñar y aprender.


