Fundador: R.P. José María Bustamante. S.J
“…la educación de la juventud es una misión divina.
Es cooperar con Jesucristo a la Salvación de las almas.
Santificación de las familias y felicidad de la sociedad
entera y dar por este medio, gran gloria a Dios…”
R.P José Maria Bustamante S.J
La Congregación de las Hermanas Adoratrices Del Santísimo Sacramento participa de La Vida y Santidad de La Iglesia con su carisma específico, centrado en el culto al Misterio de la Eucaristía e impregnando en la espiritualidad de San Ignacio de Loyola y de una fuerte devoción mariana. Comprometida en el servicio de los hombres, ejerce su misión carismática de evangelizar por medio de la educación
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gen.1, 26), capaz de conocer y amar a su creador, constituido por ÉL, como señor de todas las criaturas visibles, para que las gobierne y haga uso de ellas. Cumple su fin trascendente: DAR GLORIA A DIOS.
Debilitado por el pecado, el hombre ha sido sanado por la redención de Cristo e incorporado, por el Bautismo, a la Iglesia y a la vida de Gracia.
Esta concepción cristiana del hombre lo coloca, como expresa el documento: “El laico católico testigo de la fe en la escuela”:
- En la más alta dignidad: La del hijo de Dios.
- En la más plena libertad: Liberado por Cristo del Pecado
- En el más alto destino: la posesión definitiva y total del mismo Dios por el amor.
- En la más estrecha relación de solidaridad: por la vivencia del amor fraterno.
Por esta razón el Instituto pone énfasis en afirmar que el hombre es una unidad bio-psico-social-espiritual, ha sido creado con la capacidad de ir perfeccionándose:
Por su inteligencia puede descubrir su fin verdadero y buscar los medios que lo conduzcan a ÉL.
Por su voluntad debe amar ese fin y conquistarlo.
La Educación es una ayuda para que el hombre se perfeccione. Su objeto es permitirle alcanzar la plenitud dinámica que le posibilite auto conducirse libre y rectamente hacia la Verdad, el Bien y la Belleza.
La educación cristiana se funda en una visión integral de la persona, con sus energías físicas y espirituales, sus actitudes operativas y creativas, la aceptación de su situación existencial, la debida admiración y respeto por el mundo natural, su misión en la sociedad y abierta a la trascendencia.
En consecuencia, la educación como obra de perfeccionamiento debe formar al hombre, teniendo a Cristo como modelo que regula el proceso educativo.
Fundamentación del Estilo Educativo
MODELO DEL HOMBRE QUE SE PROPONE
Definimos al hombre como un ser único, original e irrepetible, de igualad esencial, como un sujeto de deberes y derechos inalienables, un ser consciente y libre, capaz de
Buscar la verdad y el bien, capaz de ser protagonista crítico, creador y transformador de la sociedad, la historia y la cultura, con capacidad valorativa que lo abre al mundo de los valores éticos
Remarcamos también la trascendencia y su perfectibilidad, la que es activa, exigida y buscada por su misma naturaleza.
Por su inteligencia debe orientar su camino, gracias al conocimiento del fin verdadero y los medios que lo conducen a él, poniendo amor en ese fin y voluntad para lograr la conquista. Esta concepción cristiana del hombre lo coloca en la más alta dignidad, en la más plena libertad y en el más alto destino.
El alumno es el protagonista de todo proceso de enseñanza-aprendizaje, su actuación deberá estar presente en todo momento como sujeto activo y no únicamente como receptor pasivo y repetidor.
En consecuencia, en nuestra Institución trabajamos para formar alumnos críticos del mundo en que viven y comprometidos con la realidad social, curiosos, creativos, reflexivos y con hábitos de trabajo intelectuales, conscientes de su sentido de trascendencia y fortalecidos en valores espirituales, éticos y cristianos.